Normalmente, las guardas dentales (también conocidas como protectores bucales o de deporte), son diseñadas con el objetivo de protegernos contra varios tipos de daños que pudiera sufrir nuestra boca, como por ejemplo una fractura dental o una cortadura en los labios. En caso que se encuentre usando algún aditamento bucal en la mandíbula (como por ejemplo unos frenos o un puente), el dentista recomendará el uso de un protector bucal para estos dientes.
Sobre el tiempo de uso recomendado de las guardas, lo mejor sería que fueran reemplazadas cada cierto tiempo, pues conforme el tiempo pasa el material se va desgastante, lo que provoca que dejen de ser eficientes y dejen de proteger nuestra boca como originalmente lo hacían.
Específicamente en el caso de los adolescentes, dado que su dentadura continúa aún en desarrollo (y lo hará hasta la edad adulta), reemplazar la guarda es muy importante, pues de lo contrario se alteraría el crecimiento natural de los dientes provocando algún tipo de defecto.
Si el uso de la guarda es con el objetivo de dar protección a la boca mientras se practica de forma recurrente un deporte de contacto (como el box, y el fútbol soccer o americano), o uno donde pueda existir una caída (como el patinaje o las actividades de montaña), lo recomendable es cambiar de guarda cada que vaya al dentista a su revisión periódica, es decir, cada 6 meses.
En cuanto al cuidado de su guarda dental se refiere, se recomienda:
- Enjuagarse la boca antes y después de utilizarla
- Limpiar la guarda ocasionalmente usando agua fría y jabón, enjuagándola a fondo
- Guardarla en un contenedor resistente que cuente con ventilación
- No dejarla directamente al sol o en agua caliente
- Comprobar periódicamente no está rota o desgastada, en cuyo caso deberá sustituirla lo más pronto posible
Aunque generalmente las guardas dentales sólo protegen los dientes superiores, lo mejor será hablar con su dentista u ortodoncista de confianza para que juntos elijan la mejor opción para su caso.