La Asociación Dental Americana (ADA) recomienda utilizar hilo dental al menos una vez al día como complemento y a la vez parte esencial de una buena salud dental. El usarlo ayuda a remover la placa de los lugares a los cuales al cepillo de dientes le es imposible llegar, contribuyendo a evitar que en un futuro esta placa se convierta en sarro, el cual es muy difícil de remover y sólo puede hacerse por un dentista profesional.
Además de lo anterior, el hilo dental también ayuda a prevenir la enfermedad de las encías y la aparición de caries.
Se aconseja que los niños utilicen hilo para dientes desde el momento en que cuentan con dos dientes que se toquen entre sí. Sin embargo, debido a que la mayoría de los menores no cuenta con la destreza de manos suficiente para hacerlo por sí solos, es recomendable ayudarlos hasta que tengan 10 u 11 años de edad.
Aunque lo más importante del hilo dental es usarlo, a continuación te presentamos los 5 puntos para su correcta utilización.
- Primero, se debe romper alrededor de 18 pulgadas de hilo (45 centímetros) y enrollar la mayor parte en uno de los dedos medios, mientras que el hilo restante se debe enrollar en el mismo dedo de la otra mano, el cual se encargará de la seda conforme se vaya ensuciando. Entre uno y otro dedo se deben dejar aproximadamente unos 6 centímetros de hilo.
- Sujetar el hilo fuertemente entre los dedos pulgar e índice de cada mano.
- Frotar el hilo suavemente entre los dientes cuidando de no engancharlo en las encías.
- Una vez que el hilo ha llegado a la zona de las encías, se debe colocar en una curva con forma de “C” contra uno de los dientes, y frotarlo suavemente entre la encía y el diente.
- Se debe mantener el hilo de manera firme contra el diente, pero frotando de forma suave al lado del mismo moviéndolo de la encía hacia arriba y hacia abajo. Este procedimiento se repite con todos y cada uno de los dientes.